LA ARQUITECTURA Y EL PUBLICO 

Es casi un ritual iniciar un estudio sobre la historia de la arquitectura con un reproche hacia el público. Es por ello que este artículo comienza del siguiente modo:
El público se interesa por la pintura y la música, por la escultura y la literatura, pero difícilmente por la arquitectura, decía Bruno Zevi en su libro “Saber ver la arquitectura en el año 1951”. Un intelectual que se avergonzaría de no conocer un pintor de categoría como Sebastiano de Biombo y que a su vez palidecería si le tachasen de ignorar un cuadro de Matisse o una poesía de Eluard, confiesa sin recato no saber quien es un Buontalenti o Neutra.
Entonces, lo que me pregunto es: ¿Qué provocó ese desinterés en la gente en cuanto a la arquitectura? ¿Somos los actuales arquitectos culpables de ese desinterés?

Referido al tema, hace un tiempo me sucedió algo muy particular. Había viajado a Rosario, para realizar un trabajo de la facultad que consistía en observar la organización urbana de dicha ciudad. Una noche, volviendo del centro, tomamos un taxi y se me ocurrió preguntarle al taxista si conocía al Arq. Rafael Iglesias, quien falleciera el pasado 20 de septiembre de este año, un gran arquitecto de Rosario a mi entender. Extrañado, el taxista me miró por el espejo retrovisor demostrándome su desconcierto y seguidamente me preguntó si era uno de los hijos del cantante Julio Iglesias.
En ese momento me di cuenta de que había una especie de barrera entre los autores que crean el escenario y los actores que viven en él. Mismo Rafael Iglesias decia "La arquitectura debe buscar más puntos de contacto, más lugares de encuentro y conexión, en los que la figura del otro sea mucho más importante” Sin duda hay una incapacidad de parte de nosotros arquitectos, estudiantes de arquitectura, historiadores y críticos de arte para difundir el amor por la arquitectura.
En los últimos años, con la globalización mundial, Internet y otros últimos avances tecnológicos, fueron surgiendo nuevas revistas, nuevos suplementos de arquitectura en los diarios más importantes del país, e incluso en la tele hay programas en los cuales se discute sobre el tema. Sin embargo no todas las personas tienen acceso a estos medios.
Ahora la pregunta es ¿Podemos cambiar esto? Yo creo que si y por eso pienso en “Ágora Arquitectura”.
“Todo el mundo es dueño de apagar la radio, desertar de los conciertos, aborrecer el cine y el teatro y de no leer un libro, de no entrar a un museo. Pero nadie puede cerrar los ojos frente a todas las edificaciones que integran la escena de la vida ciudadana”, decía Bruno Zevi.
Nadie puede ir caminando por una ciudad con los ojos vendados. Debemos mostrar que la arquitectura es una hermosa forma de expresión, al igual que un cuadro o el verso de un poema.
Nuestro objetivo debe ser que el que no tenga conocimientos sobre arquitectura, pueda amar de todos modos esta profesión y apreciar todas y cada una de las creaciones a las que da lugar.
Y justamente es éste nuestro desafío. El desafío de “Ágora Arquitectura”.

Arq. Hernán Formento
AGORA ARQUITECTURA
AÑO 2015